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May

2013

Y VEINTE AÑOS DESPUÉS... SE COMPLETARA PLAZA DE ARMAS PDF Imprimir E-mail

ABC SEVILLA / 20/5/2013

M.D. ALVARADO

 

La necesidad de obtener recursos ha hecho que Adif, administradora de infraestructuras ferroviarias, se haya decidido a desprenderse de una serie de activos en toda España y, en el caso de Sevilla, a sacar a concurso, para su alquiler, una parcela ubicada en el conjunto de Plaza de Armas. Si en los tiempos que corren se presentan ofertas a ese concurso, Adif recibirá durante 40 años un canon anual de 110.000 euros, y la ciudad logrará, más de veinte años después, cerrar la urbanización de un espacio que podría estar más que en servicio si el proyecto que entonces se planteó no hubiese incluido construir precisamente en esa parcela una torre circular de nueve plantas que superaba en tres el límite establecido por el entonces Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Es más, el edificio que se plantea ahora, de momento con tres plantas que podrían incrementarse en un futuro hasta cinco, cumple estrictamente las condiciones de aquel plan urbanístico y permitirá urbanizar un espacio libre al que la paralización de la anterior torre dio un diseño tan poco atractivo que ha quedado como un espacio baldío para la ciudad.

 

VANESSA GÓMEZLa parcela circular se distingue en el pavimento de la plaza

El proyecto Plaza de Armas empezó a fraguarse tras el desmantelamiento de las infraestructuras ferroviarias de la zona que levantaría el muro de Torneo y sólo dejaría en pie el edificio de la antigua estación que da nombre al espacio. Eran fi nales de l os años ochenta y al amparo de la transformación urbana que sufrió Sevilla con motivo de la Expo el 92, ese espacio, tan cercano al lugar donde se celebraba la muestra universal, se convirtió en un lugar privilegiado.

El Ayuntamiento, gobernado en aquellos días por el PSOE, y la propietaria de los terrenos, que entonces era Renfe, llegaron a un acuerdo que permitiría la rehabilitación del edificio de l a estación, primero para su uso como parte del pabellón de la ciudad durante la Expo y luego como centro comercial; la construcción de un hotel y de un edificio de oficinas.

El proyecto elaborado por los arquitectos Antonio González Cordón y Víctor Pérez Escolano, éste último esposo de la entonces senadora por el PSOE y luego portavoz socialista en el Ayuntamiento, Amparo Rubiales, provocó sin embargo todo un maremoto político: contemplaba una torre de 9 plantas de altura, con lo que superaba en tres la altura permitida para los edificios del casco histórico. A pesar de ello, el Ayuntamiento, con mayoría del PSOE, y hasta la Comisión de Patrimonio de la Junta, gobernada igualmente por los socialistas, aprobó el proyecto, pese al rechazo de la oposición, liderada entonces por la popular Soledad Becerril y el andalucista Alejandro Rojas-Marcos. Las criticas no arredraron al Gobierno municipal que, aprovechando la Feria, dio licencia al proyecto, generando un conflicto con la oposición que llegó a amenazar con los tribunales.

El resultado de las elecciones municipales arrebató la Alcaldía a los socialistas y la coalición PP-PA suspendió la licencia y paralizó la construcción de la torre y ante la proximidad de la Expo el espacio que iba a ocupar se cubrió con mármol. En julio de 1992 el Pleno del Ayuntamiento ratificaría el acuerdo entre las partes que paralizó definitivamente el proyecto. Aquel acuerdo supuso que el Ayuntamiento se hacía con la parcela pero a cambio de una serie de contraprestaciones a Renfe (entre otras, la cesión de una parcela en Nervión) que el Gobierno municipal valoró en 440 millones de las antiguas pesetas (casi 2,6 millones de euros) y la oposición en 2.500 (15 millones de euros). Tras aquel acuerdo, ratificado en 1993, hubo que acondicionar el espacio que se había quedado libre en Plaza de Armas, que asumiría la sociedad Corta de Chapina, promotora del proyecto, y que costaron en torno a 31 millones de pesetas (186.000 euros).

Aquel proyecto incluía la instalación de una serie de pérgolas y unos parterres pero no consiguió quitar el aire inhóspito a la parcela y por ello que los sevillanos dieran uso, convirtiéndose en un lugar vacío en pleno límite del casco histórico. Los Gobiernos municipales venideros intentaron darle uso, se habló de colocar un mercado de flores y hasta de un edificio de uso público, pero nada salió adelante y ya en 2005 Ayuntamiento y Renfe revisaron los acuerdos suscritos en 1990, 1992 y 1995 que aún estaban sin resolver. En noviembre de 2007 se hacía efectivo el nuevo convenio que establecía que Adif, además de parcelas valoradas en más de 17 millones de euros, volvía recuperar la parcela de Plaza de Armas y el Ayuntamiento recibiría en compensación una serie de sistemas locales. El acuerdo suponía un saldo a favor de Adif de más de 5,7 millones de euros, pero ni aún así se activó la recuperación de Plaza de Armas que se retoma ahora.

El nuevo proyecto supone que el adjudicatario podrá construir un edifico en principio de tres plantas que, en el futuro, podría ser ampliable a cinco, y tendrá que reurbanizar el entorno con una operación que hace diez años, cuando el Ayuntamiento aún pensaba en acometer allí un edificio de una planta y uso público, se valoró en 875.000 euros y hoy se estima que no superará el millón de euros.

 
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