La Universidad inicia la biblioteca del Prado sin esperar a que la Justicia se pronuncie
Aunque las vallas se colocaron el miércoles, hoy viernes comienzan de forma oficial las obras de construcción de la biblioteca del Prado con la firma del acta del replanteo. Los trabajos tendrán una duración de 20 meses y finalizarán en abril de 2010. Mientras las empresas que conforman la UTE Ferrovial-Urazca comienzan los trabajos, las asociaciones de defensa del medio ambiente destacan la premeditación en el mes escogido para iniciar las obras y el terrible destino de los árboles que se trasplanten, sentenciados a morir porque no es fecha, a la vez que plantean que se haga en otro sitio
El vicerrector de Infraestructuras de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez, informó ayer a Europa Press que la primera fase del proyecto, que durará dos meses, consistirá en quitar las fuentes, trasladar los espacios infantiles a la zona del jardín no afectada por la obra y adecuar el espacio. Entre los preparativos se encuentra el trasplantar los más de 200 árboles y arbustos de esa zona. De ellos 150 serán reubicados en parcelas de las Universidad y 80 permanecerán en el mismo Prado hasta que acaben las obras. Respecto a la suspensión cautelar de las obras que solicitó la Asociación Huerta de la Salud, dijo que no tenía constancia y que la construcción está recogida en el PGOU.
En el Prado se están dando prisa. Ayer jueves las vallas colocadas el miércoles habían sido cubiertas con tela verde para que no se vea nada del interior, en donde ya hay una caseta prefabricada de color azul. Las vallas conforman dos rectángulos que ahora dejan libre el paseo que une las puertas del Jardín que dan a las avenida de Portugal y Carlos V, cercanas a Diego de Riaño.
Todas las asociaciones que defienden el Jardín del Prado coinciden en que se debía haber esperado al fallo de la justicia ya que el daño será irreversible si la sentencia fuera contraria a la Universidad, Destacan la «nocturnidad y alevosía de la fecha elegida» para evitar las protestas de los ciudadanos, así como la certeza de que los árboles no sobrevivirán, como les pasó a los de la Avenida de la Constitución.
«Persecución» política
Así lo piensa Basilio Moreno, de la Asociación Histórica Retiro Obrero: «Han aprovechado agosto para que los sevillanos no protesten y además es un mal momento para quitar la poca sombra que tenemos». Moreno dice que no se opone a la biblioteca sino al sitio elegido, igual que Jacinto Martínez, presidente de la Asociación Amigos de los Jardines de La Oliva, que piensa que «muchos lugares de Sevilla serían idóneos para ubicar el edificio de diseño y no un jardín que tuvo la desdicha de ser inaugurado por Soledad Becerril». Martínez critica la falta de sensibilidad medioambiental del alcalde, «que no cuida el patrimonio verde y del rector, que debía preocuparse por la calidad de la enseñanza y no convertirse en un arboricida».
A Joaquín Egea, presidente de Adepa, le parece una persecución política, ya que los Jardines del Prado fueron construidos por otros partidos distintos del de Monteseirín. Recuerda el proyecto de la Noria, «bendecido por el alcalde y que cerró al poco». Considera vergonzoso que la Universidad, «que siempre argumenta la falta de dinero para sus actividades culturales y educativas, se vaya a gastar millones en una biblioteca cuando al salir Derecho del Rectorado la podría instalar allí». Opina que la Universidad no se une a la ciudad en sus problemas sino que los crea y critica los años que llevan unas «caracolas infectas» que no habrían aceptado en un colegio público en los aledaños del Teatro Lope de Vega.
Frente a estas opiniones contrarias a la biblioteca, Fernando Guerrero, presidente del Foro por Sevilla, defendió en una tribuna de ABC el proyecto en el que «la Universidad lleva invertidos mucho tiempo y dinero», y al que calificó como de Guggenheim sevillano, y también su ubicación.