Ésta fue la respuesta municipal a la primera denuncia del bar Alcázares, que ha llegado a poner cuatro denuncias este año al estar directamente afectado en sus veladores, ya que el aire caliente le ahuyenta los clientes. El dueño, Jaime Navascués, calcula unas pérdidas diarias de 400 a 500 euros por las 30 a 40 mesas que dejan de llenarse a cuenta del aire caliente y los malos olores que tiene justo enfrente.
Sólo cuando la instalación se cierra por la noche, sobre las diez y media, los veladores pueden llenarse sin problemas hasta la medianoche. En verano con las temperaturas calurosas de la ciudad la situación se agrava.
En un informe de 19 de marzo de 2014, el jefe de servicio de Protección Ambiental, Alfonso Pinto, responde a la primera denuncia del dueño del citado bar que "los dos extractores de expulsión de aire viciado del garaje subterráneo" del complejo Metropol Parasol "incumplen el PGOU al no respetar la altura mínima de la rejilla de 2,25 metros al suelo", dice el funcionario citando que se vulnera el artículo 3.1.5. punto 10 del PGOU. El documento se reproduce junto a estas líneas.
En el informe añade que tampoco cumplen con la legalidad las rejillas del centro de transformación de electricidad de Endesa de ese mismo lateral porque "las lamas de la rejilla de expulsión se encuentran orientadas hacia el suelo", con lo que incumple el mismo artículo 3.1.5. punto 9 del PGOU. Así se concluye tras una visita de los técnicos al lugar el 17 de febrero de 2014. Tampoco Endesa ha corregido sus rejillas.
El documento concluye con que la responsable es Sacyr y que ésta "deberá adoptar las medidas correctoras necesarias y adaptar las instalaciones a las condiciones exigidas en la normativa del PGOU en el plazo de un mes". Y se añade que el incumplimiento de esta orden en el plazo dado "dará lugar a la iniciación de procedimiento sancionador".
Más de cuatro meses después de aquel informe las cosas siguen igual que antes. Otras tres denuncias posteriores del dueño del bar (14 y 27 de mayo y 11 de junio) tampoco han servido.
Según el propietario, a finales de julio volvió a consultar a Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sevilla y le respondieron que "no se ha abierto expediente sancionador" alguno por este caso y que el único documento es la resolución de marzo del jefe de servicio de protección ambiental. Desde Urbanismo, el dueño asegura que el servicio de disciplina urbanística le trasladó que este asunto no es de su competencia y le remitió a Medio Ambiente.
El bar Alcázares, en la calle del mismo nombre, es un histórico establecimiento de principios del siglo XX, muy anterior a la construcción del Metropol Parasol, que ha acabado afectando al negocio. Jaime Navascués lo adquirió en 2002 y contó con licencia de veladores en 2012, un permiso por el que tiene 8 mesas y 32 sillas en la calle, justo enfrente de la salida de aires del Metropol.
El dueño, propietario de otros dos bares en Los Terceros y San Juan de la Palma, lamenta que el Ayuntamiento no haga cumplir la ley de mientras su negocio cumple todas las normativas y soportó el paso de camiones y largos años de obras del edificio.
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