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23

Feb

2016

"LA POLÉMICA DE LAS ATARAZANAS RESPONDE A INTERESES ORGANIZADOS.NO ES PATRIMONIAL" PDF Imprimir E-mail

EL MUNDO / 31/1/2016

CARLOS MÁRMOL

Guillermo Vázquez Consuegra ha situado a Sevilla en el mapa de la arquitectura internacional después de tres décadas de obstinación y rigor profesional. Su labor ha recibido múltiples premios, pero los reconocimientos no han impedido que sus intervenciones sean cuestionadas por los sectores más conservadores de la ciudad. Su proyecto para las Atarazanas ganó un concurso y ha sido avalado por Patrimonio y el Ayuntamiento. Quedamos en su estudio. Luminosidad zen. Interior día.

 

¿Cómo se siente uno en mitad de una guerra indígena?
Sorprendido por el intenso clima de hostilidad. Las diferencias de opinión son bienvenidas si enriquecen tu trabajo, pero en este caso proceden del desconocimiento y de la maledicencia. Goethe decía: «Nada hay mas terrible que la ignorancia activa». Es verdad. Lo que causa más perplejidad es que algunos de los críticos decían hace meses que la intervención era magnífica. No sé cuándo se ha producido su conversión.
¿Se refiere a los arquitectos conservacionistas?
A pesar de ser colegas, nunca han pedido aclaraciones sobre el proyecto, que he enseñado a todas las asociaciones que lo han solicitado. Ellos han dicho falsedades sobre mi trabajo, sin olvidar las descalificaciones personales, que son inaceptables.
¿Explicarles el proyecto hubiera evitado la campaña de desprestigio?
No les interesa el proyecto, sino crear esta polémica que obedece a unos intereses organizados que no son patrimoniales. El proyecto sólo es la excusa. Las Atarazanas les preocupan poco. La obra tiene licencia. Su inicio dependerá de La Caixa. Lo que temo es que pueda desistir del proyecto ante la presión. Ya pasó con el Caixafórum. Sin dinero, las Atarazanas seguirán abandonadas. Perderíamos un monumento y un centro cultural. La ciudad no puede prescindir de ninguna de las dos cosas.
¿No excavar el edificio es destruirlo?
No existe ninguna ley, normativa, ni carta de restauración que obligue a excavar. Los grandes edificios no son testimonios de una sola época, sino testigos de toda la historia. La excepción, en Sevilla, es el Archivo de Indias, que no ha sufrido ninguna transformación. Todos los demás han cambiado. Cada época deja su depósito cultural. La arquitectura está hecha gracias a los intercambios entre tradición e innovación. Las Atarazanas no son sólo del siglo XIII, sino del XVI, XVIII, XIX y XX. Las épocas dan complejidad a un edificio.
Excavar obliga a construir un cajón de hormigón para contener el terreno. ¿Es más lesivo que el sistema de reforzamiento de la cimentación original?
Mucho más. Las Atarazanas necesitan una cimentación alternativa para evitar su hundimiento. Las bóvedas del siglo XVIII se están abriendo. Mi propuesta consiste en una operación de bisturí, necesaria tanto para la rehabilitación como para los nuevos usos. No es invasiva porque los pilotes no afectan a la cimentación ni tienen afección arqueológica. Y es reversible. Su función es descargar la estructura original. Es un sistema que se usa en otros monumentos, entre ellos la Catedral. No es verdad que llenemos las Atarazanas de pilotes.
¿Por qué quiere abrir el edificio a la calle Dos de Mayo?
Para potenciar su relación con el resto de la ciudad. ¿Es mejor hacer un agujero para poner un barquito como en Disneylandia o abrir el monumento para que lo usen los ciudadanos? Dicen que abrir las Atarazanas a Dos de Mayo es traicionarlas. El Museo de Bellas Artes está hecho sobre el Convento de la Merced, cuya fachada original daba a Bailén. Cuando se destruye, al edificio se le da la vuelta: se construye una fachada neoclásica que después se tira para hacer la actual, un falso barroco. En Sevilla los edificios cambian sus accesos y, de esta manera, modifican la ciudad.
Los conservacionistas comparan las Atarazanas con las de Barcelona.
Nada que ver. En Barcelona nunca fueron transformadas: su imagen es gótica. En Sevilla son una utopía: lo que queda de ellas es un fragmento, siete de las diecisiete naves, que han acogido usos muy diversos: almacenes, contratación, aduana, hospital, artillería. Estas funciones han ido modificando su estructura. En el siglo XVIII se quitaron las cubiertas de madera para hacer, desde la cota actual, bóvedas que no fueron pensadas para la planta original. Mi proyecto también las rehabilita.
¿Tiene problema en que se exponga su proyecto públicamente?
Ninguno. Estaría encantado. El proyecto, como establece la ley, ya está en Urbanismo. Si no se ha expuesto en otro sitio o con más intensidad es porque ni la Junta ni el Ayuntamiento lo han considerado oportuno.
¿Por qué no excava las Atarazanas?
No tengo la certidumbre de que mejore el espacio existente. No estoy seguro que sea mejor que dejarlas como están. Lo que a todos nos conmueve es ese espacio infinito que nos ha dejado la historia. Mantener la cota permite revitalizar el tejido urbano. En patrimonio los problemas no se solucionan ni con ideas preconcebidas ni con reglas universales. Cada edificio es diferente, cada solución debe ser distinta. El arquitecto debe encontrarlas. No excavar no es destruir. El proyecto rehabilita las Atarazanas, los restos arqueológicos, la muralla y las cubiertas, algunas de las cuales son de amianto. Hemos estudiado todas las posibilidades, incluyendo recuperar la cota primitiva, pero presenta problemas. El relleno, que tiene cinco siglos y está consolidado, actúa ahora a favor del edificio. Si se quita habría que poner tirantes de hierro en las bóvedas y se destruiría la magnífica percepción espacial. Dejarlas como está evita esta agresión y permite que el espacio tenga uso ciudadano.
¿Se podría excavar una parte?
La excavación nunca podría ser completa, sino parcial. Estudiamos hacerlo en sentido transversal, frente a la muralla, donde no hay que hacer cajón de contención. En todo caso, jamás serían las Atarazanas del siglo XIII. Reconstruirlas es imposible. Para eso habría que demoler las bóvedas, el edificio de cabecera, el Hospital de la Caridad y la delegación de Hacienda. La historia no tiene marcha atrás. ¿Desmochamos la Giralda? ¿Destruimos la Parroquia del Sagrario, que es una adición a la Catedral? Hay quien no entiende que Sevilla es una ciudad de arquitectura promiscua. ¿Por qué la plaza de toros no es circular? No es por un error, sino porque cuando se construye unas viviendas ya ocupaban ese terreno. En vez de tirarlas, que es lo que se hace en Florencia, donde los monumentos rompen la trama urbana, se acomodan a la situación. El resultado es un ruedo singular, con forma de óvalo. Ningún monumento de Sevilla posee un modelo arquitectónico puro. La Sevilla verdadera es mestiza, no es dogmática
 
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