DIARIO DE SEVILLA / 7/2/2017
JORGE BENAVIDES
La sugerencia del catedrático Isidoro Moreno (01-02-17) para que, con motivo del IV centenario del nacimiento, "se nos devuelva los murillos" que están en Francia, como principio es irrebatible. Tanto como la soberanía nacional. Sin embargo, los dos están sometidos a las contingencias históricas y diplomáticas. Romanos, franceses, alemanes e ingleses se llevaron monumentos que no eran suyos. Parte de nuestra soberanía se encuentra en Bruselas. La Dama de Baza está en Madrid. El Tesoro del Carambolo, en Sevilla. ¿La legalidad incluso internacional legitima la propiedad y la posesión? Es un tema de discusión interesante, abierta y actual sobre los bienes culturales.
José Bonaparte, en 1810 por decreto, mandó "reunir en el Alcázar de Sevilla todos los bienes confiscados a los conventos", cuya totalidad habían sido suprimidos: 999 obras distribuidas en 39 salas ocuparon prácticamente toda la planta baja del edificio. Poco después, Frederic Quillet ordenó que se llevaran a Madrid 39 pinturas. Cuando el "General Soult, después de tres años de guerra, vuelve a Francia, había hecho una fantástica colección de arte español de 115 lienzos de primer orden" (López Rodríguez José Ramón: Historia de los Museos de Andalucía, 1500-2000. Sevilla, 2010). Fco. M. Tubino dice que los herederos de Soult vendieron su colección en 1852.
EN LA IGLESIA DEL CONVENTO DE MADRE DE DIOS ESTÁ LA TUMBA DE LA NIETA DE MURILLO
Los bienes culturales en España, y particularmente en Sevilla, han soportado dos catástrofes: la depredación de los franceses y luego la Desamortización por la que desaparecieron varios conventos. Aun así en Sevilla hay 120 iglesias, en proporción un poquito menos que en Roma. El Estado de entonces no supo gestionar sus propias decisiones. Con frecuencia, ahora tampoco.
Cuando el general carlista Gómez estuvo a las puertas de Sevilla, se tuvieron que evacuar los cuadros desamortizados que habían sido reunidos en el Hospital de la Sangre, el deán López-Cepero -dice- se encontró solo. Las circunstancias atrajeron a Sevilla a numerosos comerciantes de arte. El rey francés Luis Felipe aprovechó las circunstancias y encargó a Isidore Justin Severin Taylor comprar "pinturas" en Sevilla. Este presionó al deán para que facilitara su objetivo y trató con varios coleccionistas, entre ellos, con el cónsul británico J. Williams. Finalmente, burlando la ley, mandó en barco a Francia cerca de 400 cuadros.
El "museo de pinturas", ahora de Bellas Artes, fue creado en 1835 con obras procedentes de conventos y monasterios desamortizados por Mendizábal que también dio lugar a la actual plaza en la que se levanta el monumento a Murillo. Su vida y obra ha merecido numerosos libros, vídeos y exposiciones. En 2010, precisamente, aquí y en Bilbao se realizó una extraordinaria, El Joven Murillo: 42 obras, 25 procedentes del extranjero entre las cuales 16 volvían por primera vez a España. Pude constatar que las caras de las guapas sevillanas que seguramente le sirvieron como modelos para pintar las vírgenes aún se encuentran en la calle junto con las los niños y personas que se ven en sus cuadros. E. Valdivieso dice que el maestro sevillano ya tenía conocimientos anatómicos, antes prohibidos.
Para conmemorar el IV centenario del nacimiento de Murillo, el Ayuntamiento realizará un conjunto de actividades agrupadas en cinco bloques dentro de los que destaca aquel expositivo que incluye la Primera Exposición Antológica (octubre 2017- enero 2018). Menos mal, los concejales están informados del deteriorado artesonado de la iglesia de Madre de Dios donde está la tumba de la nieta de Murillo. Requiere de una restauración urgente. También su estructura. Bien podría añadirse como una actividad más al programa diseñado. Por su lado, Adepa está ayudando a las monjitas dominicas en el mantenimiento de este Bien de Interés Cultural donde también están enterradas, a un lado y otro del presbiterio, cuyas obras sufragaron, Juana de Zúñiga y Catalina Cortés, viuda e hija de Hernán Cortés.
Conservar y mantener los BIC religiosos es caro y, por su carácter público, no pueden estar sometidos al imperativo de la urgencia. Sugiero las siguientes alternativas hasta ahora inexistentes:
1. Revisar la recaudación del IBI de todos los bienes inmuebles que generan rentas actualmente exentos. 2. Realizar un estudio para declarar museos en red a todas las iglesias de clausura ahora inaccesibles que atesoran un patrimonio artístico de enorme valor, con el fin de ofrecer visitas organizadas y guiadas a los turistas. 3. Establecer un convenio con la Casa de Pilatos para que, de manera opcional, el turista pueda adquirir las entradas para dichas visitas. 4. Establecer un sistema de compra de entradas similar al que tiene la Alhambra, que permite hacerlo en los bancos. Los ingresos sumados seguramente no serán suficientes, pero ayudarían al menos para autofinanciar las operaciones de urgencia.
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