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Sep

2017

LOS INDIGENTE VUELVE A TOMAR EL PUMAREJO TRAS EL DESALOJO POLICIAL PDF Imprimir E-mail

ABC SEVILLA / 25/8/2017

M.J.J. / R.M.

El problema de la indigencia en la plaza del Pumarejo, en la Macarena, es histórico. Sin embargo, este miércoles ocurrió un hecho «insólito» para el vecindario. Según pudo comprobar este periódico, por la mañana la plaza estaba completamente tomada por decenas de indigentes que, con litronas en mano, acampaban incluso con colchonetas ocupando los bancos y toda la superficie de la plaza. Una «vergonzosa» imagen con la que los vecinos y propietarios de los negocios del barrio se han resignado a vivir desde hace más de 40 años.

Sobre la una y media de la tarde, un amplio dispositivo conjunto de la Policía Nacional y de la Policía Local obligó al desalojo de la plaza ante la expectación y enorme satisfacción del vecindario. Se trataba de un operativo «rutinario», según informaron fuentes del Ayuntamiento de Sevilla.

La plaza permaneció vacía de personas sin techo alrededor de siete horas. Al anochecer, pasadas las ocho y media de la tarde, indigentes volvieron al lugar.

Maribel y Lola, vecinas del barrio, comentaban en un lateral de la plaza cómo una decena de agentes pedían la documentación a varias personas que transitaban por el lugar. «Ojalá la Policía viniera todos los días para ver la plaza libre para el disfrute de los vecinos». Ambas relataron que llevan más de 20 años viviendo en el barrio y jamás han podido sentarse tranquilamente en un banco o llevar a sus hijos a jugar en la plaza por la «permanente» presencia de personas sin techo, «que la han convertido en su territorio, al margen de la ley y de la convivencia en paz». «Es vergonzoso para la imagen de la ciudad que la calle San Luis, que la llamaban la calle Real porque era la vía de entrada de los reyes a la ciudad, tenga una imagen tan denigrante para Sevilla y los turistas», criticó Maribel, quien aplaudió la intervención policial. «Parece que el Ayuntamiento tiene miedo a quitar a los indigentes del barrio», coincidieron.

Manuel Infante, propietario de la Bodega Soto, aseguró que «la noticia es que no pase nada». Según indicó, «todos los días hay bronca entre indigentes». «Muchas veces quieren entrar al baño y nos insultan si no le damos permiso y cuando instalamos los veladores molestan a los clientes», añadió. Por la tarde, dos personas sin techo se asentaron ya en los bancos, según atestiguó Manuel, quien manifestó que «no es normal que la plaza esté vacía de indigentes durante todo un día».

En un radio de escasos metros se concentran el comedor social que regenta las Hermanas de la Caridad, el centro de salud de la calle Inocentes, donde se dispensa metadona y el albergue municipal, en la calle Perafán de Ribera. Estos recursos sociales son los principales puntos de atracción de personas en exclusión social y con problemas de alcoholismo y drogadicción.

El problema persiste a pesar de las actividades sociales y culturales que organiza la asociación Casa del Pumarejo para dinamizar la plaza. Carlos Serrano, miembro de la entidad, reclamó la diversificación de los recursos sociales a otros barrios, ya que están saturados, y más educadores de calle.

Ángel López Hueso, presidente de la asociación de vecinos y comerciantes Pumarejo-San Luis, reiteró que la entidad vecinal no se cansa de denunciar que individuos protagonizan peleas a gritos entre ellos a cualquier hora del día y aprovechan el cierre de bares y la ausencia de veladores en agosto para acampar en la plaza, ocupando, además, comercios cerrados con cartones, bolsas y colchones ofreciendo una imagen «deplorable» de la zona, ya que dejan a su paso un rastro de orines y basura.

López Hueso recordó que a las limpieza de la muralla de la Macarena por parte del Ayuntamiento no impide que «personas sin techo se queden a dormir en la barbacana, la contramuralla pequeña junto a la muralla, en la que es fácil entrar, y de día se van a la plaza, ocupando bancos y molestando a viandantes». El representante vecinal insistió en que la indigencia en el Pumarejo no se soluciona con «más Policía». En su opinión, «es necesario un trabajo integral de Asuntos Sociales con las personas sin recursos que acuden a diario al barrio».

 
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