ABC SEVILLA / 6/10/2017

E.MARTOS

Es una casa de origen medieval revestida de ropajes renacentistas en la primera mitad del siglo XVI.Originariamente era propiedad de Pedro de Pineda, que tuvo que vender el inmueble porque fue apresado por los moros y con la idea de poder pagar su rescate se la vende a Catalina de Ribera. Esta noble andaluza fundó el hospital de las Cinco Llagas y su intención con esta compra era mejorar la herencia de su segundo hijo, ya que al primogénito le deja el palacio de Pilatos, por ello ambos palacios son muy parecidos y tienen muchas semejanzas de base. Es una sobrina de Catalina de Ribera quien en el año 1612 se casa con el sexto duque de Alba y aporta este inmueble al matrimonio, por tanto, desde este año, pasa a ser propiedad de la Casa de Alba.

El jardín de entrada es el más conocido por las miles de ocasiones en que ha sido fotografiado desde el exterior cuando la familia de Alba ha celebrado diferentes actos o eventos y la prensa se ha agolpado en las grandes cancelas de la fachada para conseguir las imágenes.

Una fachada de buganvillas de un color espectacular presentan a este jardín. Es en la planta superior de esta fachada donde se encuentran las estancias privadas de invitados. Todo tipo de flores adornan este espacio exterior, desde rosales a naranjos, que impregnan de color y olor un agradable paseo.

Las caballerizas son originales del siglo XV y están sostenidas por columnas soterradas dos metros y medio bajo la tierra. El motivo es que podrían provenir de antiguos baños árabes, ya que San Juan de la Palma era una antigua mezquita y llegaba hasta lo que hoy en día es el Palacio de las Dueñas. En esta casa curiosamente siempre se han utilizado mulas alazanas y en una vitrina está expuesta una montura propiedad de la emperatriz Eugenia de Montijo, mujer de Napoleón III y realizada en un taller granadino.

Antonio Machado nació y vivió en este palacio hasta los ocho años, en las casas contiguas, y parece ser que su padre era administrador de la Casa de Alba en aquellos años. Nunca más regresó a este lugar, pero esa inspiración y esos recuerdos del jardín inmediato a su vivienda dentro del palacio se ven reflejados en uno de sus versos más conocidos: «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y de un huerto claro donde madura el limonero». Por ello este lugar del que hablamos ahora tiene este nombre, el Jardín del Limonero.

El patio principal o patio de Las Palmeras está sostenido por columnas de mármol blanco de Carrara del siglo XVI. En origen este patio estaba completo de solería, pero el padre de Cayetana, Jacobo duque de Alba, lo ajardinó llamándole patio de Las Palmeras. La lacería del suelo y la fuente son también del siglo XVI. Existe levantado sólo el frente norte y el oeste en la galería superior que es donde se encuentran parte de las estancias privadas que aún hoy día son utilizadas por la familia. Hablamos del actual duque de la Casa de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, que tuvo la iniciativa de abrir este Palacio al público y que bastante a menudo suele venir a esta residencia a pasar distintas temporadas del año.

Testigo de las celebraciones más familiares y de fiestas legendarias ha sido el salón de La Gitana, llamado así por la escultura en bronce que preside esta estancia y que firma el valenciano Mariano Benlliure. Resaltar también la pintura barroca del siglo XVII de Luca Giordano La Epifanía y el imponente tapiz de Willen de Pannemaker del siglo XVI, que representa una escena mitológica y que es considerado uno de los diez mejores tapices del mundo, realizado en hilo de plata y oro, seda y lana.

La antecapilla es un lugar repleto de grandes obras de arte y recuerdos familiares, como la pintura barroca de José de Ribera El Españoleto del siglo XVII. La capilla es de finales del siglo XV principios del XVI, la bóveda que la sostiene es de 1507 y se conserva en un excelente estado teniendo en cuenta también que este lugar ha estado consagrado hasta la fecha de la muerte de Cayetana en 2014 y donde se han oficiado misas cada domingo a las que asistía la duquesa y el personal de servicio que así lo quisiera.

El Patio del Aceite es llamado así porque curiosamente había una almazara de aceite en este lugar, en la planta superior es donde se encuentran las estancias más privadas donde reside el actual Duque de Alba, Don Carlos, en las temporadas que pasa en Sevilla. La fuente del siglo XVI de barro vidriado que preside el patio te transporta a otras épocas mientras te dejas llevar por el colorido de las palmeras y el silencio que envuelve el ambiente.

El Palacio de Las Dueñas es una oportunidad única de conocer la historia y la arquitectura de cientos de años de forma original mientras paseas y observas además grandes obras artísticas de diferentes siglos, a la vez que te pierdes en el recuerdo bohemio de los jardines. Mires a donde mires, tendrás algo por descubrir, por lo que te recomiendo que vayas sin prisas y te dejes llevar por los sentidos.