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Lun

14

Mar

2011

LOS ERRORES DE METROPOL PODIAN HABERSE EVITADO PDF Imprimir E-mail
Encarnación

—En 2004 decidimos crecer, trabajar más con la Administración e internacionalizarla. Entonces, nos fundimos con otro equipo de arquitectos y creamos Eddea, que tiene hoy siete socios. Esto era y sigue siendo algo atípico porque los estudios de arquitectura siguen siendo estructuras muy pequeñas y no aprovechan las herramientas que dan las fusiones. El 70% de los arquitectos trabajan en empresas de menos de tres personas.

—¿Qué es Citythinking?

—Eddea tiene tres líneas de trabajo: una tiene que ver con la arquitectura y el urbanismo; otra con la dirección y gestión de proyectos; y una tercera parte es Citythinking, la más innovadora porque es un laboratorio de ideas y ensayo que usamos en nuestros proyectos. En Citythinking trabajamos con psicólogos, diseñadores, de Bellas Artes, especialistas en agricultura ecológica...

—Eddea acaba de ganar un proyecto en Moscú tras competir con más de 50 estudios internacionales. ¿Qué carga de trabajo les garantiza?

—El proyecto que hemos ganado en Moscú nos ocupará un año y la mitad del estudio. Haremos el diseño urbanístico de todo un barrio de Moscú y lo más probable es que también participemos en el diseño de las viviendas. La primera fase serán 160 hectáreas y 25.000 viviendas, el equivalente a un barrio de Los Remedios. Cuando el barrio esté completo serán 150.000 viviendas en 1.500 hectáreas.

—¿Cómo sortea la crisis Eddea?

—El año 2009 fue muy duro, pero en 2010 entramos en números negros.En 2007 éramos 83 empleados; en 2008 llegamos a 105 y entonces llegó la crisis y bajamos a 52 en 2009. Sorteamos la crisis porque la previmos en 2004. Decidimos que, dado que el sector privado iba a relajarse, había que saltar al sector público y al exterior, por lo que abrimos oficina en Polonia. Ahora tenemos un 60% de trabajo público y un 40% privado, prácticamente los bancos, a los que ayudamos a digerir sus stocks de suelo y viviendas inacabadas, porque las promotoras casi han desaparecido

—Deduzco que con la crisis y la globalización, el tamaño del estudio de arquitectura sí importa.

—Sí, al principio pensamos que el tamaño podía perjudicarnos en esta crisis, pero ha sido al contrario, nos ha beneficiado. A partir de ahora, el tamaño de los estudios de arquitectura es vital, ya sea por los procedimientos de adjudicación de los proyectos, los servicios que tienes que dar a las empresas que te contratan, por el valor añadido que da trabajar en equipos más grandes...

—¿Volveremos al modelo inmobiliario tradicional que nos permitió crecer tanto hace años?

—No hay que ser muy pesimistas y decir que no hay financiación para nada porque muchos de los grandes proyectos de la historia de laarquitectura se han gestionado en tiempos de crisis e incertidumbre. Lo que está claro es que ya no se harán proyectos como antes. Hay que buscar nuevos modelos de negocios. Hacemos viviendas igual o peor que en los años 60 y 70, sin innovación. Hay que pensar en cómo producir viviendas de otra manera y el modelo que hemos proyectado en Moscú tiene algo que ver con eso. En Escandinavia, en los años 70, la construcción era el 18% del PIB y ahora no pasa del 9%. Lo más probable es que en España nunca volvamos a recuperar la cifra del 18%. Podemos verlo como que sobra la mitad o que hay mucho trabajo que hacer.

—Ahora piensan expandirse por África y Asia. Un poco peligroso tal y como está el patio político.

—Para mirar al norte de Africa hay que hacerlo a dos años vista. Queremos ir allí a hacer una actuación muy concreta, como la de Moscú. Queremos aprovechar lo que hemos aprendido en Rusia para aplicarlo a la producción de viviendas masivas en el norte de África.

—¿Qué aspectos positivos y negativos destacaría del legado urbanístico de Monteseirín?

—La peatonalización y el carril bici, sin ser perfectos, son muy positivos. Creo que a la Gerencia de Urbanismo debe llegar un equipo de gestión de proyectos. De haberlo tenido, muchos proyectos que se están realizado habrían sido un éxito. Sin embargo, ahora se miden en retrasos, en costes de obra, en avenida cortadas durante años sin saber por qué... Gestión, gestión, gestión.

—¿Qué haría usted en Tablada?

—No creo que el debate sea vivienda sí o no. Tampoco pienso que en Tablada haya que hacer un parque. El modelo del Alamillo es irreplicable de lo bueno que es. Hay un proyecto de Sanlúcar hasta la presa, y Tablada es parte del estuario del río. Deberíamos hablar con los científicos y los expertos para saber cómo Tablada puede ayudar a un río que está enfermo.

—Décadas discutiendo sobre la Ciudad de la Justicia y las administraciones no se ponen de acuerdo ni cuando son del mismo color.

—Si la Feria se desplazara, sería posible hacerla en Los Gordales, pero tengo mis dudas de que pueda hacerse en los próximos años. En el Prado sería un proyecto brillante, pero no sería una Ciudad de la Justicia y la relación de los edificios sería compleja. En el Puerto sería un enclave bueno urbanísticamente, pero legalmente es inviable porque la Ley de Puertos no lo permite si no se desafectan los terrenos y el Puerto no tiene voluntad de hacerlo. La Ciudad de la Justicia no debería ser una cuestión política, sino de gestores profesionales. Se piensa en la Ciudad de la Justicia como si fuera un equipamiento de la ciudad, pero es provincial y la provincia no está hablando.

—Cada alcalde ha querido construir un polideportivo, una feria de exposiciones, un teatro... ¿Qué opina?

—No tiene sentido que haya seis pueblos con seis polígonos industriales vacíos, con seis piscinas, con seis teatros... que además no pueden financiar.

 
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