ABC SEVILLA-E. MARTOS-29.11.2019
El exalcalde sevillano y delegado especial del Estado de la Zona Franca, Alfredo Sánchez Monteseirín, ha asegurado este jueves que «ahora» le empiezan a gustar las Setas. Lo ha hecho durante uno de los encuentros organizado por el despacho Rull y Zalba Abogados con representantes públicos e institucionales para hablar de temas de actualidad. Para esta ocasión el bufete ha contado con la presencia del máximo responsable del recinto fiscal, quien ha compartido los retos a los que se enfrenta en la nueva etapa que inició hace un año y medio y ha hecho repaso de la anterior y por la que todavía resulta más conocido: la de regidor de la capital andaluza.
Monteseirín ha considerado que es un cargo que no echa de menos porque «te ocupa cada minuto de tu vida profesional y personal. Se vive sólo para la Alcaldía». Durante el coloquio posterior a su exposición ha admitido la dificultad de conjugar el peso de las tradiciones con el progreso, lo que le reportó numerosas críticas durante los sucesivos mandatos por decisiones como la peatonalización de los principales accesos al Casco Histórico o la reurbanización de las plazas más emblemáticas de la ciudad. «Yo aposté por proyectos rompedores, no decidí los diseños. No entro en el gusto de la gente, las Setas me gustan ya hasta a mí y es un proyecto rompedor», ha señalado, mientras explicaba la gestación de esta infraestructura y de otras como la propia Torre Pelli, que se tramitó bajo su gobierno.
«A veces el brillo de la Giralda, el ruido de nuestras fiestas tapa otros brillos» «A veces el brillo de la Giralda, el ruido de nuestras fiestas tapa otros brillos. Yo soy más sevillano que nadie, me reconozco en mis tradiciones y en mi ciudad, pero Sevilla es más que eso, aunque algunos quisieran que sólo fuera eso, y mi empeño y mi lucha durante todos estos años siempre ha sido defender ambas cosas», ha resaltado. El consejero delegado de Rull y Zalba Abogados, José Luis Rull, que ha abierto el coloquio, ha valorado «el modelo de ciudad» de su interlocutor y su empeño por desarrollarlo pasando de puntillas por el dispendio de gastos, los escándalos y las facturas que todavía se siguen pagando. A este respecto, Sánchez Monteseirín ha considerado que la estrategia de un modelo de ciudad «se ha recuperado con Juan Espadas, que está siguiendo algunas vías que se abrieron entonces».
De la misma forma, ha admitido que durante el último año en el sillón de la Plaza Nueva le «cayó todo encima». «No fue sólo lo que había hecho, que me había metido en muchos charcos, que había decidido cosas que le doblaban la voluntad a determinados sectores que se consideraban los dueños de Sevilla, también porque me tocó ser la representación humana y cercana de una situación de crisis económica», ha señalado. Y también ha tenido reproches para sus sucesores en el Ayuntamiento, a los que ha culpado de «no tener el más mínimo respeto institucional como yo lo tuve con mis predecesores». «Aquel fue un momento en el que iban a por mí, lo intentaron todo, me buscaron todas las cosquillas, se estrellaron contra una pared, a pesar de la colaboración estrecha de una señora en particular -en relación a la juez Mecerdes Alaya, quien se planteó la posibilidad de imputarlo en el caso Mercasevilla-. No había manera de que encontraran nada, porque no había nada», se ha desahogado el exalcalde.
Un nuevo periodo Su regreso a Sevilla en 2016 como subdirector de la Inspección de Servicios Sanitarios de la Consejería de Salud y su posterior incorporación al frente del Consorcio de la Zona Franca en junio de 2018 le ha permitido abrir otra etapa muy distinta, como ha reconocido. «Puse tierra de por medio, pero me tiraba la mía», asegura. En este momento, dice sentirse «muy motivado» para impulsar el recinto fiscal, que es «una gran oportunidad para los empresarios, casi un chollo».
Y también ha destacado que su misión en los últimos meses «ha sido dar a conocer lo que es una zona franca, porque me he dado cuenta de que se sabe muy poco de ella». A su parecer, el principal valor que tiene, más allá de las ventajas fiscales, es la magnífica ubicación y la comunicación, situada junto a las principales vías de demanda en un puerto que está ochenta kilómetros tierra dentro. El delegado especial del Estado ha recordado que «a final de año se iniciará la obra de vallado de la zona ampliada, que se extiende hasta el polígono Astilleros e iniciarán el procedimiento para su instalación otras dos empresas que han mostrado su interés». «Cuando todo esté a punto serán 16 las compañías que operarán en el suelo de la Zona Franca», ha asegurado.
Tanto en un parque empresarial como en el otro que estarán bajo la influencia de este espacio aduanero, el suelo que queda disponible es limitado, por lo que el responsable tiene puestas sus miras en el espacio que queda sin urbanizar en los suelos de Torrecuéllar, donde hay disponibles 350.000 metros cuadrados. Para incentivar la llegada de empresas se ha comprometido a trazar ese proyecto de urbanización en función de las iniciativas privadas que se presenten «facilitando así las cosas a los que estén interesados», como ya expulso el pasado lunes durante un desayuno informativo en la Cámara de Comercio de Sevilla, «ese será un objetivo a medio plazo, a largo queremos dar el salto al ámbito aeroportuario para incluir a la industria aeronáutica», ha avanzado, para lo que se compromete a iniciar conversaciones con el aeropuerto de San Pablo y el Ayuntamiento de la Rinconada.
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