DIARIO SEVILLA-IRENE BARAHONA-03.02.2020

El cine de la localidad de Cortegana, en Huelva, había pasado diez años cerrado cuando el pasado mes de diciembre sus butacas volvieron a llenarse gracias a Proyecfilm, una aventura empresarial nacida para acercar el cine al mundo rural en toda España. Joaquín Fuentes, su fundador, lleva 26 años liderando la lucha a contracorriente de llevar cine a los pueblos, y en 2019 más de 250.000 personas disfrutaron de la gran pantalla en 18 salas de cine repartidas por toda España.

Pese a la despoblación y lo arriesgado de la industria cultural, a Fuentes le va bien con una receta sencilla: "Películas de estreno, equipos de calidad y precios ajustados", dice. Y presume de que sus salas de cine "no tienen nada que envidiar a las de las capitales". Hasta que dio con un modelo de negocio rentable, el dueño de Proyecfilm tropezó varias veces porque "no podía competir con los bares que pirateaban películas, porque cuando un mes después nos llegaban a nosotros ya las había visto todo el mundo".

Hoy en día el cine digital les permite ser los primeros en exhibir las cintas, pero aun así, "sin la ayuda de los ayuntamientos, sería imposible", admite Fuentes, quien relata que emprender un proyecto tan arriesgado sería "de locos" si no se contase con el respaldo de los pueblos por adelantado.

Actualmente, Proyecfilm da empleo a 22 personas y trabaja con 18 salas de cine repartidas por toda la geografía nacional, y la última en abrir ha sido en Andalucía, en Cortegana. Las salas que Proyecfilm ha abierto son las de Viveiro (Lugo), Astorga (León), Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Daimiel (Ciudad Real), Almazán (Soria), Peñarrolla-Pueblo Nuevo y Cabra (Córdoba), Mota del Cuervo (Cuenca) y Cortegana (Huelva), cines que acogieron en 2019 a 155.000 espectadores. Además, gestiona la programación de Motril y Huétor Tájar en Granada, Barco de Ávila y Sotillo de la Adrada en Ávil, Miajadas en Cáceres, Totana en Murcia, y Campanario, Cabeza del Buey y Talarrubias en Badajoz, donde calcula que han disfrutado casi 100.000 espectadores.

En total, más de 250.000 personas se han sentado en 2019 en las butacas de cine gracias a esta iniciativa empresarial, sin contar las más de 200 proyecciones de cine de verano para las que un proyector en la plaza hace las veces de cine. Los que sí tienen sala presumen de su historia como la de Peñaranda, que es un teatro de 1875, y la de Astorga, un cine de los años 20 del siglo pasado.

"Cuidamos la proyección y el sonido al máximo para que el público, mayoritariamente mujeres y parejas mayores, disfruten de las proyecciones igual o mejor que en un cine de ciudad", explica el empresario. "Sale rentable", reconoce, aunque al mismo tiempo precisa que "hay que hacer muchos números a final de año" porque con salas que van desde las 170 a las 500 localidades, la media de entradas que se necesita vender cada fin de semana para poder mantenerlas es de 200; si no, hay que cerrar", concluye.

Aun así, el rumor se ha corrido y son muchos los pueblos que contactan con Proyecfilm para reabrir las puertas de sus cines. La acogida es espectacular cuando abren una sala, "pero la empresa no vive del primer día, si al final del año no salen las cuentas, o se pide ayuda al ayuntamiento o tristemente hay que cerrar", dice Fuentes.

El primer fin de semana pasaron por el reabierto cine de Cortegana más de mil personas, aunque por su larga experiencia este empresario sabe de sobra que las cifras siempre bajan una vez pasada la emoción del principio. Cada sala vende 20.000 entradas cada año aproximadamente y el promedio de habitantes de los pueblos ronda los 5.000 vecinos. "No es una ciencia exacta", aclara Fuentes, ya que los poco más de 2.000 vecinos de Barco de Ávila van más al cine en proporción que cualquier pueblo con el doble de población, y en esto intervienen factores como que haya localidades cercanas.