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2020

Museos invisibles PDF Imprimir E-mail

Diario de Sevilla / 20/05/2020

Los museos andaluces se enfrentan tras la pandemia a un escenario inédito y a fuertes pérdidas que hacen que ahora nos parezca anacrónico e insuficiente aquel plan de choque que en 2019 anunció la consejera Patricia del Pozo para pintar desconchones, arreglar goteras o mejorar la climatización de las salas. Recordemos: en 2019, la titular de Cultura y Patrimonio Histórico prometió reformas urgentes en una serie de centros gestionados por la Junta por valor de 681.400 euros, una partida extraordinaria con la que se daba un lavado de cara a esos espacios, lo justito para que pudieran pasar el equivalente a la ITV de los coches, la Inspección Técnica de Edificios (ITE). La mayor inyección fue para el Bellas Artes de Sevilla, al que se destinaron 138.000 euros. Un año después, la pandemia ha remarcado, con toda su luz cruda y cenital, que en materia de conservación y ampliación está casi todo por hacer y por eso la celebración este lunes del Día Internacional de los Museos apenas sirvió para que conociéramos que la intención del Gobierno andaluz es reabrirlos a principios de junio, manteniendo la entrada gratuita. Mientras, otras instituciones como el Museo del Prado, que sigue adelante con sus planes de ampliación al Salón de Reinos, sacaron pecho y hablaron con toda la proyección que tiene siempre cuanto pasa de Madrid para arriba de sus próximas exposiciones -Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideologías y artes plásticas en España (1833-1931), de producción propia, la primera que inaugurarán cuando reabran- y confirmaron que tienen músculo -ahí están sus patrocinadores y su Fundación Amigos Museo del Prado- para afrontar su futuro en un escenario con menos turistas y menos exposiciones de récords como el que analizaba aquí el domingo Patricia Godino. En cambio, nadie en el Ejecutivo autonómico ni en el Ayuntamiento se refirió el lunes a la necesaria ampliación del Bellas Artes de Sevilla, pinacoteca cuyo exiguo equipo de expertos digitales ha realizado una labor extraordinaria en estos tiempos de confinamiento para conectar virtualmente con esos visitantes que se han dejado la imaginación en disfrazarse para escenificar algunas de sus obras favoritas o han superado retos y acertado jeroglíficos que han vuelto los ojos a todas esas bellezas que custodia el antiguo convento de la Merced Calzada, uno de los acervos sobre los cuales debe construirse la Sevilla pos-Covid. Un Bellas Artes que exhibiera por fin todos sus fondos desde la plaza del Museo hasta su ampliación a Monsalves -¿qué habrá sido de los artesonados del palacio en estos días de lluvias torrenciales?-, y despidiera al público por Alfonso XII, de modo que la visita culminara frente al gran jardín americano que proyecta construir el CSIC, no sería invisible ni siquiera para sus más conspicuos detractores.

 
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