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10

Nov

2011

EL ALFONSO XIII SE REINVENTA PDF Imprimir E-mail
Encarnación

Cuando José Espiau Muñoz diseñó el Alfonso XIII para acoger a los dignatarios internacionales que acudían a la Exposición Universal de 1929, sabía que iba a ser el hotel más grandioso de Europa. Símbolo del regionalismo sevillano, se encuentra en proceso de la restauración más importante de su historia. Desde el pasado mes de junio, el establecimiento hotelero más emblemático de la ciudad tiene cerradas sus puertas para que la empresa que lo explota, Starwood, lo deje como nuevo.

Para ello, ha empleado a 280 trabajadores, todos andaluces, y ha duplicado la inversión prevista, llegando a los 23 millones de euros porque, según señala su director general, Carlo Suffredini, «ante cualquier duda, se ha optado por la mejora, no por el límite de gasto». «No es un nuevo hotel porque se está manteniendo todo lo que había, pero le hemos cambiado las arterias, no el alma ni el corazón», contaba ayer el director de Ventas, Olivier Rust. De este modo, cuando el próximo 1 de marzo reabra sus puertas, lo hará con cuatro habitaciones más —se pasa de 147 a 151—.

Además, se sustituirán las habitaciones de estilo barroco isabelino por el estilo andaluz, aunque se mantendrán los estilos castellano y árabe-mudéjar, representativos de las tres historias de Sevilla. Pero, sin duda alguna, la obra más importante que se está llevando a cabo es la sustitución de las instalaciones para adaptar el hotel a la normativa actual, por lo que ha habido que triplicar las que ya había y se han creado accesos para minusválidos. Así, las habitaciones tendrán aire acondicionado, línea telefónica directa, televisión con canales internacionales —con un canal interactivo de televión propio SPG-TV—, minibar, caja fuerte, ADSL... En la cubierta, se han construido 4 «castilletes» para maquinaria nuevos y, en el sótano, prácticamente se han renovado todas las dependencias.

En cuanto a las obras, el mobiliario será sustituido completamente por uno del mismo estilo pero más actual y la azulejería, cerrajería, carpintería, pintura y escayola, se respetará tal y como se concibió en su origen. Sólo las molduras de yeso de las paredes que se encontraban muy deterioradas están siendo sustituidas por un taller de escayolistas procedente de Dos Hermanas, que reproduce las piezas exactamente iguales que las originales. Lo mismo ocurre con los frescos, cuya pintura está siendo restaurada —por ejemplo la del Salón Real—. Con respecto al artesonado, sólo se está procediendo a limpiarlo, «en ningún momento cambiarlo», según Suffredini. Sí se sustituirá la cristalería del edificio, por una más gruesa, ya que la anterior provocaba problemas acústicos.

Cuando el 1 de marzo el Hotel Alfonso XIII se reinaugure, estrenará dos nuevas suites. Junto con la Suite Real, se une la suite Reales Alcázares, que da a los jardines del Alcázar, y que está inspirada en una versión del gabinete privado de María de Padilla, la amante del Rey Pedro «El Terrible». Por otro lado, mediante la unión de varias habitaciones, se creará la Suite Torreón, que tendrá acceso a una amplia terraza y al torreón que preside una de las esquinas del hotel.

Por último, se crearán tres nuevos espacios de restauración: un Bar Americano, con diseño Art Decó y con una barra de 12 metros; la Bodega Alfonso (antiguo restaurante San Fernando), que será un bar de tapas contemporáneo; y otro restaurante en los jardines-piscina del hotel, con fuertes connotaciones árabes.

 
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