EL CORREO DE ANDALUCÍA / 15/11/2012

Ni la convocatoria de huelga ha hecho que el alcalde pierda un segundo en abrir una nueva vía de confrontación con el Gobierno andaluz de José Antonio Griñán. El motivo ahora es la puesta en valor de la gigantesca y valiosísima mole patrimonial de las Atarazanas una vez que La Caixa ha abandonado el proyecto de recuperación para que albergara un Caixafórum y haya trasladado esta oferta cultura a la Torre Pelli con el doble objetivo de ahorrar dinero (25 millones de euros) y dotar de un atractivo incuestionable a la nueva zona comercial y de oficinas de la Cartuja a la que la crisis económica amenaza con dejar desierta.

Juan Ignacio Zoido remitió ayer al consejero de Cultura y a los medios de comunicación una carta en la que urge a la Junta a definir el uso que dará a las Atarazanas. "Una vez que el histórico edificio vuelva a su propietario original, la Junta de Andalucía, no parecen estar claros los posibles usos a los que pueda destinarse", afirma.

Siguiendo el manual de las buenas maneras, el alcalde popular le ofrece la "colaboración del Gobierno municipal para cuanto sea necesario en tal tarea". El Ayuntamiento expresa su deseo de que se haga una rehabilitación "compatible con el desarrollo sostenible del monumento y con el progreso económico y cultural de la ciudad para el disfrute de los sevillanos y de todos los que nos visitan". Pero esa oferta de mano tendida pasa por que la Junta se retrate. Con una solicitud de rescate encima de la mesa por valor de algo más de 2.400 millones de euros y con decenas de miles de proveedores y pequeñas empresas llamando desesperados a la puerta de San Telmo, Zoido lanza un misil de largo alcance que evidencia que la pelea está -si es que alguna vez dejó de estarlo- servida. "Tiene ante sí -en alusión al consejero Luciano Alonso- una magnífica oportunidad de invertir en cultura en nuestra ciudad, dando el adecuado aprovechamiento a las Atarazanas Reales". "Sevilla -concluye la carta del alcalde- merece que un edificio tan emblemático e importante tenga un uso adecuado y digno".

Zoido considera "pertinente" que la Junta le haga partícipe de los planes de rehabilitación y conservación que tenga previstos, del plan director de usos al que se vaya a destinar el edificio y el calendario de ejecución de dichos planes. La Junta, desde que firmó en 2009 el convenio de cesión de las Atarazanas a La Caixa, dejó de invertir en la conservación de este espacio. Nada hace prever pues que en estos dos años haya pensado ni diseñado nada en relación con el futuro de estos miles de metros cuadrados abandonados en el corazón de la ciudad.

Por su parte, la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) defendió ayer que sólo "motivos pura y exclusivamente económicos" han ocasionado la renuncia de La Caixa a la rehabilitación de las antiguas Reales Atarazanas, construidas como astillero de Sevilla en 1252 bajo el reinado de Alfonso X. Según el colectivo conservacionista, esta y no su "opinión" es la "causa real" de esta decisión que lleva aparejado el traslado del Caixafórum a la Torre Pelli. Dadas las declaraciones del arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, autor del proyecto de recuperación de las Atarazanas, en las que acusaba a los "francotiradores" de Sevilla del "fracaso" del proyecto, Adepa advirtió: "La torre Pelli es una losa demasiado fuerte para los intereses de la banca catalana. No creemos que nuestras opiniones pesen tanto como para que una entidad como La Caixa decida modificar sus acciones de futuro". "En las reuniones con Vázquez Consuegra y La Caixa dejamos claro nuestro aplauso al proyecto siempre que respetase la legalidad patrimonial vigente, lo que no se hacía al romper todas las perspectivas de los espacios de las Atarazanas, al introducir una escalera mecánica o al convertir en una plaza abierta lo que es un espacio cerrado", señaló el colectivo en un comunicado recogido por Europa Press. La organización lamentó que nada fuese "enmendado" bajo la premisa de que la Comisión de Patrimonio había informado favorablemente sobre el diseño, criticando así los criterios del organismo dependiente de la Consejería de Cultura. Para Adepa, la Administración andaluza "debe dedicar una partida a la conservación de edificios", pues la financiación de las Atarazanas ha quedado en el aire.