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Nov

2016

LA CIUDAD INFRAUTILIZADA Imprimir

DIARIO DE SEVILLA / 30/10/2016

MARÍA JOSÉ GUZMÁN

JUAN Ignacio Zoido prometió en su día, antes de alcanzar la Alcaldía, que haría una pista de esquí en Los Bermejales y un Hyde Park como el de Londres o un Central Park como el de Nueva York en el corazón de Sevilla. Esto es, en la zona de gran valor patrimonial y paisajístico que discurre entre el Parque de María Luisa y el Palacio de San Telmo. [Por cierto, que ya antes Alfredo Sánchez Monteseirín había aludido al Hyde Park y al Central Park para defender las posibilidades que la fallida biblioteca de la iraní Zaha Hadid hubiera dado al Prado de San Sebastián.] 

Juan Espadas fue mucho más comedido a la hora de elaborar su lista de promesas electorales y, con menos pompa, ahí está el concejal Antonio Muñoz moviendo también un proyecto para regenerar esta zona degradada del centro de la ciudad. Resulta curioso que se presente como propuesta del PSOE y no como del propio gobierno, ¿no? Sería algo así como un "eje de las artes y las ciencias". Eje comienza a sonar a concepto manido en el mandato de Espadas, ¿no? 

Al ex alcalde no le gusta eso de sacar a relucir de nuevo esa historia de Hyde Park sevillano. Ni ahora ni en 2014, la fecha que dio de plazo para tener culminado el proyecto pues quería que la inauguración coincidiera con el centenario de la cesión del Parque de María Luisa a la ciudad. La idea del PP era muy ambiciosa y fue desarrollada por urbanistas, paisajistas y ecólogos liderados por la ex alcaldesa de Sevilla Soledad Becerril, que fue a la primera persona a quien Zoido le comentó el plan y a la que pidió que se pusiera al frente como comisaria. De esto nunca más se supo. El entonces candidato popular a la Alcaldía apostó por conectar "con una red de espacios verdes y azules -con vegetación y agua- todo el legado del 29: Jardines de las Delicias, Jardines del Cristina, Jardines de San Telmo, Jardines del Casino de la Exposición, convertido en aparcamiento en superficie, Jardines de Murillo, Paseo Catalina de Rivera, Prado de San Sebastián y Jardines de la Casa Rosa, que deben abrirse al público. También propuso la creación de la Plaza de las Artes, un entorno de espacios expositivos e itinerantes en la Plaza de España, permutando algunos usos administrativos por culturales. Zoido llegó a declarar que el plan no costaría tanto dinero si se hacía con organización. Ni hubo presupuesto ni plazos posibles, y el ex alcalde abandonó la Alcaldía poniendo en marcha sólo un parcheo en la zona. Por ejemplo, puso un cerramiento al entorno del Casino y el Lope de Vega e invirtió en arreglos en dicha zona y el propio parque de María Luisa. Trabajos que apenas llegaron a lucir unos meses por culpa del vandalismo existente. 

En el PP algunos piensan que el plan que anuncia ahora el PSOE no es más que continuar con lo que Zoido inició. [Él nunca habló de peatonalizar, lo que sería nuevo]. Y en el PSOE apuntan que si había realmente un proyecto, un borrador siquiera, que digan en qué cajón lo dejaron. 

La nueva idea tiene el marchamo de Antonio Muñoz, el delegado de Hábitat Urbano, que sueña con un urbanismo verde y una ciudad llena de cafés culturales y espacios escénicos. No se trata de reurbanizar, peatonalizar y reconstruir ambientalmente una zona que actualmente está convertida en un aparcamiento y un botellódromo para sorpresa de los visitantes. Sino de recuperarla como zona educativa y cultural con atractivos turísticos. Muñoz mantiene que el tema hace meses que empezó a plantearse a las distintas instituciones que residen en la zona. ¿Cuáles? La Fundación Madariaga, la Biblioteca Infanta Elena, el Museo de la Ciencia, la Universidad de Sevilla o el Teatro Lope de Vega, entre otras. Todas estarían dispuestas a usar las zonas que se urbanicen para actividades comunes para estudiantes del tipo festivales de ciencia, mercados vinculados al día del libro, exposiciones callejeras, cuentacuentos para niños... 


Suena bien. Pero eso ya no basta. La zona lleva años y años degradada para vergüenza ajena de los turistas. Y tal ha sido su abandono que en los conocidos como Jardines de la Madrina hasta hace pocos años había no sólo un retrete al aire libre, sino una casa ocupada. Dato este último muy preocupante porque el inmueble era de titularidad municipal y los inquilinos habían llegado incluso a empadronarse. ¿Cómo? Las cosas que pasan... Y a las que se puso remedio. A algunas. Por eso, después de tantos años, cualquier anuncio por impresionante que sea parece más de lo mismo. O sea, nada. La zona urge intervenciones, con presupuesto y plazos de ejecución. Todo lo demás, aunque se anuncie sin ínfulas ni referencias londinenses, está de más. La ciudad tiene demasiados espacios infrautilizados y el escepticismo es perfectamente comprensible.