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Jul

2016

LA AVENIDA Y SU ENTORNO CONCENTRAN 224 VELADORES Imprimir

DIARIO DE SEVILLA / 13/7/2016

DIEGO J. GENIZ

Redondos, cuadrados, altos y bajos. La gama más amplia de veladores se encuentra en la Avenida de la Constitución y su entorno, donde se concentran 224 mesas, a tenor del recuento que realizó a mediodía de ayer este periódico. Esta zona se ha convertido en uno de los puntos calientes para la Gerencia de Urbanismo, que, a través de la comisión creada al efecto, intentará reducir la ocupación de esta vía pública que apenas deja espacio para el uso de los peatones. A este déficit se añade la distorsión estética de las terrazas, que genera una imagen bastante vulgarizada de una de las arterias principales del casco antiguo hispalense. 

Son las 12:30 de la mañana del 12 de julio. El termómetro marca 34 grados. Quienes pasean por la Avenida de la Constitución a esa hora intentan aprovechar la sombra que ya empieza a ser escasa. La misión no es fácil, pues el poco espacio exento de sol está ocupado casi en su totalidad por las terrazas. Una invasión que se evidencia, especialmente, a partir de la Punta del Diamante. Si se parte desde el arquillo del Ayuntamiento, el primer establecimiento con veladores es el Café Génova, con 10 veladores cobijados bajo tres sombrillas. Frente a él se encuentra el local de los 100 Montaditos, donde los clientes -de edad bastante joven- consumen a hora temprana los bocadillos pequeños en cuatro minimesas. Al lado, los turistas extranjeros encuentran su pequeño paraíso en Starbucks Coffee. Dos sombrillas cuadradas verdes de considerable tamaño albergan ocho mesas redondas, donde hay algún cliente que posa los pies -despojados de las chanclas- encima de ellas. Hay quien aprovecha la consumición para aplicarse protección solar. 

Los 10 veladores del Horno de San Buenaventura se encuentran vacíos a las 12:40. Nadie permanece bajo sus cinco sombrillas cuadradas, blancas y de reducido tamaño. Los separadores de esta terraza quizá sean los más elegantes -o mejor dicho, los menos extravagantes- de la Avenida. Le confieren al espacio un cierto aire de exclusividad. Quizá, por ello, se encuentren a esa hora sin clientes. 

Continuando por esta acera el peatón casi se tropieza con un pequeño puesto de venta de entradas para espectáculos flamencos. Más adelante, casi enfrente de la Puerta de San Miguel, se encuentra la heladería de nombre italiano: Amorino. Este tipo de negocio y las cafeterías constituyen el sector de mayor implantación en la Avenida. Amorino cuenta con 10 veladores de dos tipos: pequeños para dos personas y grandes para cuatro. Los toldos anclados a la fachada aportan sombra a las mesas. Casi sin solución de continuidad se encuentra una de las terrazas más amplias de esta vía: la de la cafetería Ibense. Al tratarse de una esquina, suma 16 veladores. El negocio cuenta con 10 sombrillas de diseños distintos. También destacan los elementos publicitarios verticales, con colores nada discretos, en los que se anuncian los menús para desayunos y meriendas. 

Una de las mayores ocupaciones del espacio público se produce en Almirantazgo. Precisamente, las calles aledañas a la Avenida se caracterizan por la elevada presencia de veladores. El restaurante Almirante posee una de las terrazas más cuidadas de este enclave, con 14 mesas distribuidas en una especie de corralito conformado por 17 elementos separadores y nueve sombrillas que llegan a solaparse. Escasos centímetros separan esta terraza de las siete mesas altas del restaurante La Moneda. Junto a ellas, los ocho veladores del negocio Aceite 10 y los cuatro del restaurante de cocina mediterránea Manjarex. La distribución de estos veladores es tan colmatada que obliga al peatón a que su paseo por esta acera sea en un continuo zigzag sin sombra, pues la que aportan los naranjos se la quedan las terrazas. 

De vuelta a la Avenida, el negocio low cost El Papelón cuenta con cuatro mesas altas y dos bajas. El Starbucks Coffee del Achivo de Indias posee nueve mesas redondas, distruidas en fila india junto a la fachada, de la que cuelga el toldo que les aporta sombra. Los guiris, de nuevo, son los únicos que a esa hora degustan un café en vaso de cartón. 

Por contra, en las seis mesas altas del Casablanca lo que abundan son clientes autóctonos. A esa hora, la cerveza empieza a ser la bebida de mayor consumo. Unos metros más adelante, metidos ya en la calle Adolfo Rodríguez Jurado, la cervecería Puerto Plata cuenta con siete veladores. 

En el último tramo de la Avenida aparecen los toldos a dos aguas fijados en el suelo. Es el caso del negocio de golosinas y helados Pickea. Cuando el reloj roza las 13:00 dispone de nueve mesas, aún hay espacio libre, por lo que se supone que tiene licencia para más veladores. Imposible pasar por esta zona sin ser mojado por los aspersores que, supuestamente, refrescan el ambiente. En la acera contraria hay otras tres cafeterías y una hamburguesería, aunque, eso sí, con menos veladores. El Costa Coffee posee seis mesas, el Burguer King tiene cuatro y el Dunkin Coffee, cinco. Los extranjeros, otra vez, son sus ocupantes. 

Ya en la Puerta de Jerez llaman la atención las dos terrazas de la bodeguita que lleva el nombre de este enclave. Ambas, con toldos a dos aguas de los que cuelgan calefactores para el invierno. Una de ellas, con 16 mesas altas (en la calle Maese Rodrigo). La otra, en la propia Puerta de Jerez, con 19 mesas bajas. Destaca un aparato de aire acondicionado de gran volumen situado en uno de los laterales de la terraza. 

Justo enfrente, se encuentra la heladería Häagen-Dazs, con 12 veladores, y otro local (el tercero en este trayecto) de Starbucks Coffee, con tres mesas. 

Pero si hay un espacio colmatado en este entorno es el de la calle Santo Tomás (paralela al Archivo de Indias), donde se contabilizan 31 veladores pertenecientes a tres negocios de tapas. Los del restaurante mexicano Iguana Rana están distribuidos hasta en tres filas, lo que deja reducido al mínimo el pasillo para los peatones que usan esta acera. 

 



En total, la Avenida de la Constitución y su entorno suman -en el recorrido de ayer- 224 veladores. El Ayuntamiento reconoce que hay licencia en la Avenida y en los establecimientos que hacen esquina (la Ibense y el Casablanca) para 105 mesas y 363 sillas. Una cifra demasiado elevada en una zona reurbanizada la pasada década para que la disfrutara el peatón, quien transita con bastante dificultad por ella a consecuencia del espacio cedido a las terrazas. A esta ocupación se suma la presencia de numerosas sombrillas, que en esta época estival ofrecen una imagen que poco dista de la de los chiringuitos a pie de playa.