Lun

10

Ene

2011

Las goteras del Ayuntamiento amenzan las pinturas del S.XVII Imprimir

El lienzo de la Inmaculada que da paso al despacho del alcalde está junto a una humedad que empapa un enchufe

El edificio plateresco del Ayuntamiento de Sevilla hace aguas. La llamada zona del palomar no impide que la lluvia entre en los corredores municipales dejando los techos en unas condiciones impropias de un edificio público, con agujeros que en algunos casos superan los diez centímetros de diámetro. Pero lo más grave es que estas filtraciones de agua han comenzado a poner en peligro el patrimonio artístico del Ayuntamiento. Como se aprecia en la imagen que ilustra esta información, tomada ayer mismo, el lienzo de la «Inmaculada» que preside el recibidor de la Alcaldía está seriamente amenazado por una gotera que baja por la pared a escasos centímetros de esta pintura atribuida a la Escuela Sevillana del siglo XVII y va a desembocar directamente a un enchufe. El cóctel es aterrador: agua en una toma eléctrica y una pintura de gran valor histórico y artístico colgando del mismo tabique. La mancha de agua, de hecho, se amplía justo a su paso junto al lienzo, lo que hace que la humedad esté cada vez más próxima al cuadro, pues el agua desfila justo entre el marco de la obra y una boca de incendio que ejerce de tapón, por lo que el líquido busca salida en dirección a la «Inmaculada». La pieza está fechada entre 1670 y 1680 y, según los estudios que existen sobre ella, podría atribuirse al taller del discípulo de Zurbarán Ignacio de Ries, aunque otros estudios se la otorgan al pintor de origen flamenco avecindado en Sevilla Cornelis Schut (1629-1685). Su estado de conservación no es bueno, por lo que el lienzo necesita una restauración inminente, aunque, según varios expertos consultados por este periódico, la humedad podría afectarle de manera ya irrevocable. De hecho, todos hablan de la necesidad de que el Ayuntamiento inicie cuanto antes una política de «conservación preventiva» de su patrimonio artístico, ya que los lugares de exposición no cumplen con los requisitos mínimos de protección.
No es la única pieza, de hecho, de valor artístico que peligra en el edificio consistorial. El azulejo sevillano de la planta baja, junto a las dependencias del grupo municipal de IU, está afectado por una rotunda humedad. Porque las goteras amenazan todo el legado artístico del Ayuntamiento que impulsó la millonaria compra de «Santa Rufina» de Velázquez como símbolo de la escuela pictórica que ahora desdeña.