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Sep

2017

LOS FUNDADORES DE BETA ABRIRÁN OTRA LIBRERÍA EN EL CINE IMPERIAL Imprimir
Teatros

ABC SEVILLA / 19/9/2017

M.J. PEREIRA

María Cruz López Manchado y José Velasco —fundadores de las librerías Beta y sus dueños hasta el año 2012— y uno de los consejeros de la cadena, Ricardo Carneado, han alquilado el antiguo cine Imperial de la calle Sierpes para reabrirlo como librería, aunque en esta ocasión contará también con un taller y una sección especializada en fotografía de la mano de uno de los mejores establecimientos del sector: Martín Iglesias. Carneado afirma que «el cine Imperial de Sevilla y el Ateneo Grand Splendid de Buenos Aires serán los únicos del mundo que continúan abiertos como librerías».

En la primavera de 2017, los fundadores de la cadena, Ricardo Carneado y su hermana Carmen ya abrieron dos Librerías Verbo en las calles Asunción y Reyes Católicos, en los que dieron empleo a cuatro trabajadores de dos antiguos librerías Beta. Asimismo, esperan que el nuevo establecimiento que inaugurarán en el teatro Imperial dé trabajo a cinco o seis exempleados de Beta.

 

El establecimiento, que cuenta con mil metros cuadrados de superficie, no sólo acogerá una librería al uso, sino que también tendrá una sección de imagen, de la que se responsabilizará la firma Martín Iglesias. No sólo venderán libros en papel, sino que podrán adquirirse productos de fotografía. Se organizarán también exposiciones y talleres de fotografía en esta librería, que prevé tener una apretada agenda, para lo cual contarán con entidades culturales de Sevilla.

 

Cuando apareció el libro electrónico hubo quien auguró la desaparición del libro en papel. Nada más lejos de la realidad. Ricardo Carneado, abogado y uno de los socios que reabrirán el antiguo cine Imperial como librería, afirma que «el libro electrónico se ha estacionado porque la gente ha vuelto al papel». Actualmente, el IVA de los libros de papel es el reducido, el 4%, mientras que el del libro electrónico es del 15%.

 

Orígenes
En 1978, María Cruz López y José Velasco inauguraron la cadena de librerías Beta, que llegó a facturar hasta 8 millones de euros en 2008, convirtiéndose en una de las más importantes del sector en Andalucía, ofreciendo distintos formatos de tienda, desde librerías de barrio al gran formato de tienda. Su empresa, Beta Galería Sevillana del Libro, llegó a tener más de una docena de librerías en la comunidad autónoma, repartidas entre Sevilla, Córdoba, Algeciras, Jerez, Huelva y Los Barrios. Los empresarios supieron adaptarse a los tiempos y vendían libros también desde su propio portal de internet y a través de Amazon.

 

ZZJ, que en 2009 compró el 20% de Librerías Beta, llegó en 2012 a un acuerdo con los fundadores de la cadena para ir comprando de forma progresiva la totalidad de las acciones hasta su salida completa. A continuación, la cadena, que tenía 750.000 libros en depósito, preparó un ambicioso plan de expansión de la mano de ZZJ, cuando ya tenía el 100% del capital social.

 

Con una inversión de 850.000 euros, abrió en el antiguo cine Imperial de la calle Sierpes un Beta Book Café, donde se anunciaron actividades culturales, emulando así el formato de establecimiento que ya habían probado en Puerto Rico dentro de su plan de internacionalización. Las estanterías de libros se repartían por todo el teatro, incluido el escenario, lo que hacía del establecimiento un lugar original.

 

Sin embargo, las ventas no fueron como preveían los nuevos propietarios y comenzaron a cerrarse tiendas, hasta que Beta presentó concurso de acreedores y entró en fase de liquidación. En 2016 cerró también sus puertas la librería del teatro Imperial y se anunció que correrían la misma suerte otras tiendas de la cadena.

 

Con la empresa en liquidación, la cadena española de librerías Casa del Libro amplió en 2017 su red con la adquisición de dos centros de Beta Galería del Libro, las que tenía en el centro comercial de Viapol y la de la avenida de Luis Montoto esquina con Hernando del Pulgar. También este año, tres exempleados de Beta reabrieron dos de los establecimientos que tenían en Los Remedios, de República Argentina y otro de la calle Asunción, que pasaron a llamarse La Botica de los Lectores.