Abc Sevilla / 20/12/2021

Javier Macías

Las arcas del Alcázar están tiritando. La pandemia ha esquilmado cualquier beneficio posible por la falta de turistas. Un leve atisbo durante el verano hizo crecer una esperanza que se frustró rápidamente, al mismo tiempo que se cerraron las fronteras. Lo que hasta marzo era una auténtica mina de oro que daba incluso para financiar la restauración del patrimonio del resto de la ciudad, las vacas flacas han hecho que hoy, durante el consejo que va a celebrar el Patronato del Real Alcázar, se decida que se cierre el grifo y que todo el dinero que entre se quede en su tesorería.

En el punto siete del orden del día de la reunión telemática que tendrá lugar al mediodía de hoy se anuncia la sentencia: «Seguimiento del convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla. Propuesta de suspensión de dicho convenio». El propio gobierno de Espadas, de quien depende el Patronato, da por finalizada esa suerte de bolsa asistencial con el resto de monumentos de Sevilla después de que, además, buena parte del remanente que había en las arcas del Consistorio procede del Alcázar y se haya usado para tapar el agujero económico de las empresas municipales. De esta forma, el dinero previsto en los presupuestos para paliar el déficit de entidades como Tussam se libera y se han anunciado grandes inversiones para restaurar edificios históricos.

El Alcázar, de esta forma, se ha quedado sin el colchón de cerca de 20 millones de euros -y que no podía usar al estar bloqueados- y sin ingresos por la falta de turistas.

Dos medidas de acopio
La situación de crisis que vive el monumento ha llevado al Patronato a tomar dos decisiones de emergencia. La primera es subir la tarifa de la entrada general dos euros, pasando a costar 13,50 para los no residentes ni empadronados en la capital. Con esta revisión se pretende generar los ingresos necesarios para el mantenimiento y conservación del patrimonio y afrontar inversiones programadas para 2021 en el proyecto de presupuestos ante la previsible caída de visitantes de fuera de Sevilla. Por otro lado, la entrada especial al Cuarto Real Alto se sitúa ahora en 5,50 euros, un euro más, por lo que visitar todo el complejo del palacio tendrá un importe de 19 euros.

La segunda medida para parar la sangría es suspender el convenio de diciembre de 2018 por el que se acordó que tres euros de cada entrada general vendida hasta un límite máximo de tres millones se transferirían al Ayuntamiento. Éste, por su parte, se comprometía a que, de esos tres millones, uno iría a parar al ICAS para atender los gastos de conservación de los museos municipales y los otros dos a la Gerencia de Urbanismo para financiar la rehabilitación del patrimonio cultural de la ciudad.

Este convenio iba a tener vigencia hasta 2022, pero sólo ha durado la mitad del tiempo previsto. Hoy se enterrará por culpa de la pandemia un acuerdo que causó una agria polémica no sólo a nivel de la política municipal sino también en el seno del Patronato, ya que algunos de sus miembros por aquel entonces denunciaron que el Alcázar tenía graves deficiencias de conservación y seguridad y que ese dinero debía ir a parar a la rehabilitación de sus estancias peor conservadas y que llevan décadas clamando por que se acaben sus males. Ahora, cuando el propio Ayuntamiento ha visto que la mina de oro ya no da más de sí, cierra la salida de dinero a la espera de tiempos mejores. De momento, se restaurará la fuente del Jardín del Príncipe: un grifo que sí volverá a funcionar.